¿SE ACERCA UNA NUEVA CRISIS GLOBAL DE INCENDIOS?

¿SE ACERCA UNA NUEVA CRISIS GLOBAL DE INCENDIOS?

La historia se repite. También este verano, como en 2019, Siberia está sufriendo las consecuencias del cambio climático: olas de calor, derrames de petróleo causados por el deshielo del permafrost y grandes incendios forestales. En un pueblo remoto de Siberia, donde siempre hace frío, se alcanzó el 20 de junio una temperatura de 37 ºC. Esto está causando que el permafrost se derrita y creando perfeсtas condiciones para los mega incendios. Ya han ardido más de 3,3 millones de hectáreas… Y el verano no ha hecho más que empezar.

Tampoco llegan buenas noticias desde Brasil. Las imágenes que envían los satélites con las alertas de incendio se multiplicaron en junio. La agencia gubernamental de investigación espacial de Brasil (INPE), detectó 2.248 incendios en la selva tropical amazónica el mes pasado, un aumento del 20 por ciento en comparación con los 1.880 incendios de junio de 2019. Ha sido el peor mes junio para los incendios en Brasil desde hace 13 años. A medida que avanza la estación menos húmeda, apta para las queimadas que arrasan la selva y dan paso al ganado y la soja, vamos camino de repetir los devastadores incendios del año pasado. El presidente, Jair Bolsonaro, lleva todo su mandato abonando esta situación de falta de gobernanza e impunidad con los intereses económicos que invaden la Amazonia para transformarla.

En Indonesia, tras identificarse más de 700 incendios forestales, el gobierno de la provincia de Kalimantan ha declarado la semana pasada el estado de emergencia, situación que durará hasta finales de septiembre. El año pasado, en 2019, los incendios fueron particularmente dañinos, con 1,6 millones de hectáreas de bosques y turberas quemadas.

¿Pero qué está pasando?

La Amazonia, en Brasil, Bolivia o Perú, arde para dar paso a la ganadería y la soja. Indonesia es el mayor productor mundial de aceite de palma y, cada año, los incendios están vinculados a las prácticas de tala y quema utilizadas para despejar la selva y ampliar el cultivo de palma aceitera. En los bosques boreales de Siberia la permisividad del gobierno con el uso del fuego y, en algunos casos, la eliminación de los restos de tala de la industria forestal, lleva a los incendios forestales a vagar sin control durante semanas por la taiga hasta que se apagan solos.

No son unos pocos incendios, son decenas de miles. No son miles de hectáreas, son millones de hectáreas de bosques. Un dolor para el planeta, un gran chute a la atmósfera de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.

Además, se produce un efecto boomerang. A más incendios, más cambio climático. A más cambio climático, más riesgo de incendios para los bosques. El pasado junio se alcanzó un nuevo récord en la concentración de CO2 respecto a los meses de junio anteriores, llegando a 416,39 partes por millón de CO2 en la atmósfera, 2,46 ppm más que en junio de 2019, agravando la crisis climática a la que nos enfrentamos.